Los que asistieron a las Conferencias programadas dentro de los Actos de la Semana cultural, pudieron disfrutar de dos magníficas y brillantes exposiciones audiovisuales.
Dos personas de edades muy distintas, dos vivencias universales muy diferentes, y un sentimiento común de rebeldía, ante la sociedad que nos toca vivir, sentimientos revolucionarios, que a cada uno le lleva a luchar por la emancipación del ser humano, de una determinada manera, mientras uno participó en una lucha armada “la guerrilla”, para conseguir hacer realidad unos ideales, Luis vivió en el Congo y en época de guerra, pero sus armas eran las herramientas de un hospital.
Los dos transmitían sentimiento y sinceridad al contar sus experiencias. A Carlos se le hacía un nudo en la garganta, al intentar describir con palabras determinados recuerdos, a Luis se le iluminaba la expresión de su cara cuando humildemente afirmaba que por extraño que parezca, él en aquella selva y viviendo en condiciones inimaginables para los que por ejemplo “cambiamos de móvil, tanto como nos apetece”, recibió mucho más de lo que dio y que por eso, sigue cooperando.
Fue un privilegio escuchar en primera persona, la experiencia de una pareja joven, que decide compartir unos años de su vida en un hospital de un lugar del mundo, que nosotros llamanos “Tercer Mundo”. Luis nos acercó a través de sus palabras, y de sus imágenes a una realidad, triste, cruel y muy dura, a una realidad que a pesar de vivirse en nuestro presente, no es “actualidad”.
Al igual que fue un privilegio, pasear por las páginas de la historia, a través de la experiencia de un joven que consigue una beca para estudiar en Latinoamérica, el destino le llevo a Cuba , y a ejercer la docencia en la zona donde se estaba gestanto el origen de la guerrilla para derrocar a Bastista y rodeado de estas circunstancias, su ilusión por cambiar el mundo, le llevó a participar activamente en esta guerrilla hasta tomar La Habana.
Dos historias tan bien contadas y tan bien documentadas que al escucharlas es imposible quedar indiferente.
Luis Gimeno, un hombre joven, contando su reciente experiencia y su actual colaboración, un hombre, valiente, generoso, desprendido, cristiano y esencialmente humano.
Carlos Abad, un hombre recordando una experiencia de juventud, inolvidable, valiente, osado, nostálgico, socialista y esencialmente humano.
Escuchamos historias muy interesantes, aunque lo realmente interesante son las cualidades como seres humanos, que estas personas tienen, para en un momento de sus vidas, ser capaces de dejarlo todo para luchar lejos de sus hogares, siendo fieles a unas convicciones.
El proceder de gente como ellos, les hace figurar en el gran libro Anónimo de la Historia, como personas brillantes, que nos enseñan que el comportamiento humano del individuo, es el factor fundamental para luchar por conseguir un mundo más justo.